sábado, 31 de marzo de 2018

Más allá de las procesiones

Semana Santa. Conversábamos anoche sobre el significado de las manifestaciones que estos días se prodigan por nuestras calles, que inundan el espacio de las televisiones, que invaden los dígitos de nuestra cotidianidad. Para el creyente, es una forma de hacer catequesis, de infundir, con la medicina del silencio y la reflexión, la necesidad de buscar una salida a la las múltiples preguntas que incendian nuestro caminar, aportando un itinerario de esperanza. Para todos aquellos reacios a asimilar la brújula de la trascendencia, la Semana Santa se alza con su carga de folklore, de espectáculo abierto al fragor del turismo. Entretanto, un Cristo desfila en silencio. Tomando prestadas las palabras de D. Antonio Machado, uno es producto de cuanto respiró bajo estos días azules y este sol de la infancia, e interpreta el sentido de la religiosidad desde el prisma de quien lleva impregnada en sus rasgos la impronta de un creer alimentado a la medida de muchas voces, que va más allá del teatro de las imágenes, que te interroga y, no pocas veces, también tortura, pero que vive arraigado bajo la epidermis, con su carga de compromiso y su difícil lección de humildad, que tanto cuesta aprender. 



Jesús Condenado. Cáceres. Procesión Magna 2015. 

Prescindir de uno mismo, mirar hacia adelante, 
buscarse en los ojos del otro...

domingo, 25 de marzo de 2018

Sensaciones y reencuentros en la Feria del Libro de Trujillo

Con el sueño trastocado y despistadas las agujas del reloj por el cambio de horario, cercano el retumbe de los tambores y el aroma de las palmas y los brotes de olivo, descubrir de pronto esa irrepetible panorámica del skyline de la ciudad de Trujillo, aproximándose en la lontananza, es sin duda presagio de que la jornada que se avecina vendrá cargada de buenas vibraciones. Domingo de Ramos, último día de presentaciones en la Feria del Libro de este año en la hospitalaria vecindad de la Plaza Mayor trujillana. De mañana, la espontaneidad de Rosario Troncoso y "El ático de los gatitos", que han terminado rindiendo al público más menudo, presentando el tercer número de una revista que es toda una invitación a dejarse atrapar por el apasionante universo de la lectura, un detonante para encender la imaginación con sus historias, sus poemas, sus ilustraciones... Es fácil contagiarse de todo ello desde el sitio del público, ese privilegiado lugar desde donde la literatura se escucha y se percibe el entusiasmo de quienes como Rosario, Carmen Sotillo, Pilar López Ávila, lo viven y saben transmitirlo. Emocionante presentación para inaugurar la jornada infantil y juvenil de la Feria, con su atavío de reencuentros, amistad de letras, calidez de un abrazo, no obstante breve, pero sembrado de futuro. 


Feria del Libro de Trujillo, en la Plaza Mayor


Pilar López y Rosario Troncoso, durante la presentación 
de "El ático de los gatitos"


Rosario Troncoso y Carmen Sotillo, editoras de Takara, responsable de "El ático de los gatitos"


Con las editoras de Takara, en la Feria del Libro de Trujillo

La silueta de los edificios que se alzan sobre la vertical de la bellísima Plaza Mayor trujillana, más aún bajo el dentado que conforman los arcos de sus portales renacentistas, marcaba con serenidad el tránsito de las horas que conducían a la tarde. En el libro "Quiero ir al cole", editado por la Asociación Cultural Norbanova, uno no ha tenido participación alguna, pero hoy, fue una experiencia verdaderamente singular la de leer el precioso cuento que para esta publicación solidaria escribió Beatriz Osés, mientras afuera, los redobles de tambor de una banda de Semana Santa se dejaban oír, desafiando con su voracidad las notas del silencio instalado en la carpa durante la lectura, donde flotaban imágenes de niños de otras latitudes soñando con un mundo mejor en el que acudir a la escuela no suponga poner en peligro sus frágiles vidas, vuelos de hadas aprendizas que hacen y deshacen hechizos... 


Pilar López y Deli Cornejo, de la A.C. Norbanova, 
durante la presentación de "Quiero ir al cole"


La música como compañía improvisada, amable polizón en las páginas de un libro. Andrés Suárez, Estela de María, Sebastián Díaz Iglesias, ¡qué sintonía la que encadenan con sus palabras y sus acordes! A Sebastián, desearle la mejor de las suertes con su nuevo libro, "En clave de flamenco", que acaba de publicar la editorial Juglar y que para quienes participamos en el alumbramiento de su anterior obra, "En clave de rock", que editara Norbanova, representa una grandísima satisfacción, al verle crecer como autor y desarrollar un proyecto tan apasionante como el que constituye este nuevo libro, una vez más en la línea de ese propósito didáctico que le caracteriza desde su condición de maestro, como le gusta definirse. Jornada pues de reencuentros, de librerías, de libreros, de editoriales, y de amigos. 


Sebastián Díaz Iglesias, durante la presentación de 
"En clave de flamenco"


Con el autor y la gente de Norbanova. Feliz reencuentro. 

No podría finalizar esta crónica sin mencionar al que tiene en gran medida la culpa, en el buen sentido de la palabra, de todo esto, el que ahora tendrá que bajar las persianas y abandonarse por completo en los necesarios brazos de un descanso reparador después del trabajo bien hecho. Obviamente, me estoy refiriendo al poeta José Cercas, coordinador, un año más, de esta Feria del Libro. Bien ganado lo tienes Pepe. Apaga el móvil. Recuerda que como dijera Fray Luis, "¡Qué descansada vida, la del que huye del mundanal ruido...!". 










sábado, 10 de marzo de 2018

Bucear en la nada

De vez en cuando me reivindico. Desempolvo mis libros, dormidos en los cajones, avejentados en los estantes de las librerías. Uno alimenta la llama de otros, celebra la publicación de versos ajenos, acapara títulos en su ahíta biblioteca, pero deja que su palabra duerma el sueño del olvido, de la indiferencia. Son buenos aliados el silencio, la caricia de la oscuridad. El tiempo pasa y amarillea el papel, la tinta pierde vigor, las voces se apagan. Hace dos años, "El tacto de lo efímero", vestía nuevos ropajes con la complicidad de Ediciones Vitruvio. Recuerdo aquella primera presentación, en la Feria del Libro de Trujillo, recubierta de frío, enredados los versos en las cuerdas de mi guitarra. La de Madrid, en octubre, conserva el regusto del deseo inconfesable de sucumbir a la tentación de lo urbano, voltear la vida desde los cimientos para contagiarse de las prisas, de la combustión de las estaciones de metro, del anonimato de los rostros. Después, el mar en calma, la serenidad de las sílabas,  los soliloquios del insomnio, la larga travesía del desierto. 



domingo, 4 de marzo de 2018

Diario de Biblioteca: Con los libros en la maleta

Las últimas citas literarias, los encuentros con autores, la amistad y generosidad de otros, suelen traducirse en una superpoblación de libros que atoran en la biblioteca el tiempo disponible para su lectura. Listas de espera que no siempre se respetan, donde algún nombre insurgente se cuela, adelantando a los otros, que pacientemente aguardan su destino en apretados anaqueles. Hace una semana que se celebró Centrifugados, IV Encuentro de Literatura Periférica, y ya he hojeado varias veces los títulos que de allí vinieron (también de nuestra incursión en la excelente librería "La Puerta de Tannhäuser, de Plasencia). Coincidir con gente como Elías Moro o Esther Ramón llevaba adherido el privilegio de que sus libros se trajeron impresa la dedicatoria de sus autores, algo que reviste más relevancia cuando se trata de amigos o personas a las que se profesa una especial admiración, como es el caso de los nombrados. Se me escapó Ben Clark, que también andaba por allí y cuyos libros también llevaba en la maleta. Un territorio distinto es el que supone el contacto directo con las editoriales, con quienes hacen posible que nuestras palabras, nuestros trabajos, vean finalmente la luz y lleguen a las manos del lector. Hace apenas unas semanas que recibíamos en Cáceres, con motivo de la presentación del libro "Breve catálogo de insectos y otros seres menudos", de José Manuel Vivas, a las editoras de Lastura, Lidia López Miguel e Isabel Miguel. A Lidia la vimos de nuevo en Centrifugados, y una parte de la cosecha de poesía que de allí nos trajimos llevaba la firma de su editorial. Autores como Ángel Guinda, Manuel Lacarta, Graciela Zárate, en el catálogo de su colección Alcalima, harán compañía al magnífico título de nuestro amigo José Manuel Vivas, que presentamos en el Aula de la Palabra. Hubo también oportunidad para saludar a Charo Fierro, de Huerga y Fierro, a la gente de Aristas Martínez, a Marino, de La Luna Libros.. a quienes materialmente imprimen los libros que la editorial Norbanova viene publicando, con ritmo cansino pero sin flaqueza, Roberto y Eva, de Estugraf Impresores

Es triste que un encuentro de estas características no vaya a volver a celebrarse, aunque bien comprendemos los motivos y razones que su promotor, el poeta y editor José María Cumbreño, expuso en el momento de la clausura. El pasado viernes le tuvimos en el Aula, con ocasión de la lectura del mexicano Jorge Posada, y de alguna manera, el espíritu de Centrifugados recaló en Cáceres por unas horas, con ánimo de continuar visitándonos periódicamente. De Liliputienses también hicimos acopio y además de las obras del referido Jorge Posada, contará nuestra biblioteca con el legado en papel de Eleonora Finkelsein o Luis Arturo Guichard. Aquella tarde en que terminó Centrifugados, la Asociación Cultural "Letras Cascabeleras", quiso dedicarle su "Sherezade", la velada que cada último domingo de mes organiza en el bar "María Mandiles", con un micro abierto que se inicia con los acordes de "El Kanka" y donde cualquiera puede intervenir y hacer aportaciones, propias o ajenas. Al final, se realiza un sorteo entre los asistentes, cuyo premio es algún libro de los editados por dicha Asociación Cultural. Suelo tener suerte en estos sorteos de "Letras Cascabeleras", y en consecuencia, me traje uno de esos libros, uno de los pocos que me faltaban de su catálogo, los "Sonetos peregrinos" de Francisco Acedo. Poco antes, María, la presidenta de este infatigable colectivo cultural, me había pasado (como suscriptor), el último volumen editado en su colección de poesía, "Embalaje", de Marina Aoiz Monreal, que por cierto, tiene muy buena pinta. 

A los libros  procedentes de este tipo de encuentros, hay que añadir por último los que se reciben a través del correo, fruto de la generosidad y complicidad de sus autores. Si en una entrada anterior mencionaba el poemario "Nuestra orilla salvaje", de Rosario Troncoso, no finalizaré esta crónica sin referirme al libro recién editado en "Ravenswood Books Editorial", "El estro de los locos", del querido amigo y poeta Nicolás Corraliza, obra plenamente de madurez de un autor cuyos primeros libros vieron la luz en Cáceres, al amparo de Norbanova, y que está llamado a convertirse en un auténtico referente, con su propuesta poética cargada de contenido, al abrigo de una armadura sencilla y directa, exenta de formalismos. Los poemas de Nicolás ponen de manifiesto que no son necesarios extensos parlamentos para decir lo que se pretende decir. Hacerse espectador de la realidad, traducir con los mimbres del verso sus latidos. En su justa medida y templando su silueta.  


Como uno no está reñido con la narrativa, y de hecho, siempre tiene alguna novela sobre la mesilla de noche, apuntaremos ahora otra, la que ha publicado Acantilado para continuar completando la producción del escritor austriaco Stefan Zweig, el título "Miedo", al que ya estoy deseando buscarle un hueco.